La terapia hormonal ayuda a controlar el crecimiento de las células en el cuerpo. Hormonas como los estrógenos y la progesterona pueden ayudar a las células cancerosas a crecer con más rapidez de lo normal (especialmente los estrógenos).

El objetivo de la terapia hormonal, es por tanto, reducir la concentración de estrógenos en el cuerpo para que asi no se unan a las células cancerosas y además reduce el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer en la mama (protegiendo además a la otra). Esta terapia debe de seguirse durante unos años.

El tipo de terapia hormonal va a depender de la presencia o no de la menopausia y del riesgo de que el tumor vuelva a aparecer.

Después de la menopausia, los ovarios dejan de producir estrógenos. Si se encuentra en esta etapa, puede que el médico le indique tomar algunos de estos medicamentos: anastrazol, letrozol o exemestano. Puede que le prescriba tamoxifeno junto con algunos de los medicamentos anteriores, o simplemente el tamoxifeno.

Antes de la menopausia, los ovarios siguen produciendo estrógenos. Si se encuentra en esta etapa, el médico puede que le prescriba los siguientes medicamentos: tamoxifeno, zoladex (hace que el ovario deje de producir estrógenos) o una combinación de las dos anteriores.

Las terapias hormonales pueden producir: menopausia temprana o permanente. Si usted se encuentra en fase de pre-menopausia, puede que el médico le recomiende realizarse una densitometria ósea para valorar el estado de los huesos. Para evitar una osteoporosis, el médico le prescribirá bifosfonatos o suplementos de calcio.