Las nuevas líneas de investigación están dirigidas ahora para ver si cómo de efectivas son las terapias dirigidas en el LH. La terapia dirigida en el tratamiento del LH es la llamada: anticuerpo monoclonales. Los anticuerpos monoclonales hacen que los anticuerpos de nuestro sistema inmunitario ataque a las células cancerosas provocando su destrucción.

El primer anticuerpo monoclonal aprobado para el LH es Brentuximab Vedotin, dirigido frente a la molécula CD30 que se encuentra en la superficie de las células tumorales del LH. Su administración es cada 21 días por vía endovenosa. Puede inducir alteraciones de la sensibilidad de manos y pies (neuropatía periférica), y en combinación con otras quimioterapias como la Bleomicina puede provocar toxicidad pulmonar en forma de inflamación o neumonitis, por lo que su uso conjunto está contraindicado.

Otro anticuerpo monoclonal utilizado en el LH es el Rituximab, que es un anticuerpo dirigido frente a la molécula CD20, que se encuentra en la superficie de los linfocitos B no tumorales acompañantes al LH, interfiriendo por tanto en el microambiente tumoral. Se utiliza sobre todo en el LH predominio linfotícito nodular cuando el tratamiento estándar no ha conseguido controlar la enfermedad del todo o cuando vuelve a aparecer después del tratamiento inicial. En ocasiones, la célula RS puede expresar CD20 en su superficie, aunque no es habitual. En esos casos, también se podría utilizar Rituximab en combinación con la quimioterapia que se plantea.