Debido a que el tratamiento con quimioterapia convencional ha dado resultados muy limitados, se está buscando mejorar la efectividad de la quimioterapia, combinándolo con el autotrasplante de células madre (tras el tratamiento inicial de primera línea)

El objetivo del autotrasplante de células madre es mejorar la respuesta obtenida tras la terapia de inducción y prolongar la remisión sin comprometer la supervivencia o calidad de vida a largo plazo.

En el autotrasplante, las células de la médula ósea (del propio paciente) se recogen y almacenan. Luego, se congelan y se devuelven al paciente después de administrarle dosis altas de quimioterapia intensiva con o sin radioterapia.

El esquema de tratamiento de quimioterapia en altas dosis + autotrasplante ha dado altas tasas de remisión completa continuada.

En combinación con el Rituximab, estos pacientes obtienen mayores tasas de primera remisión completa con la primera línea, con lo que las expectativas a largo plazo tras un autotrasplante de consolidación son más favorables, con remisiones más prolongadas.

Pacientes mayores con buen estado de salud, pueden ser candidatos al autotrasplante en primera remisión, ya que la quimioterapia en dosis altas y el autotrasplante es menos eficaz cuando se usa en recaídas o refractariedad, que cuando se usa como consolidación de una terapia de primera.

El trasplante alogénico es considero el único tratamiento potencialmente curativo del LCM, se ofrece a pacientes jóvenes con linfoma refractario o en recaída, tras tratamiento intensivo y TAPH.

A diferencia del autotrasplante, en el trasplante alogénico se infunden células madres de un donante compatible tras administración de quimioterapia en dosis altas o radioterapia.