La nutrición es un proceso biológico fundamental para la vida que persigue el bienestar y preservación de la salud humana. En esencia, proporciona los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento, crecimiento y mantenimiento de las funciones vitales. Existe numerosa evidencia de que una nutrición adecuada en las personas enfermas de cáncer, puede favorecer su curación.

¿Qué es la desnutrición?

La desnutrición y la pérdida de peso no intencionada son predictivos de la respuesta al tratamiento, independientemente del tipo y del estadío tumoral. La pérdida de peso en las personas que padecen un cáncer tiene relación con una disminución de la calidad de vida y un peor pronóstico de la enfermedad.

La desnutrición interfiere en la respuesta de estas personas frente a su enfermedad y tratamiento. Entre otras alteraciones, está principalmente marcada por cambios en la composición corporal, exceso de agua extracelular, déficits de tejido graso y caquexia (estado catabólico en el cual las alteraciones metabólicas determinan una masiva pérdida de peso, a expensas sobre todo de la masa muscular).

Bajo estas condiciones, el sistema inmunitario se ve comprometido a causa del deterioro en la función muscular, disminuyendo la capacidad funcional, aumentando el riesgo de infección y al mismo tiempo aumentando el riesgo de toxicidad inducida por tratamientos concomitantes como la quimioterapia. En conjunto, resulta en una menor respuesta y conlleva inexorablemente a una disminución en la calidad de vida.

¿Por qué se produce?

Se produce por un desequilibrio entre la ingesta y la captación de nutrientes frente a los requerimientos y pérdidas de los mismos. En las personas con cáncer se presenta por una confluencia de distintos factores:

  1. Factores relacionados con el tumor; pérdida de peso, anorexia, saciedad precoz, astenia, anemia o alteraciones mecánicas y funcionales del aparato digestivo como disfagia, dolor y náuseas.
  2. Factores relacionados con el propio paciente; pueden aparecer factores psicológicos como el miedo, la depresión o la ansiedad. Según el caso, el consumo de alcohol y tabaco pueden disminuir el apetito. El alcohol además produce malabsorción de vitamina b12, ác fólico, zinc y magnesio. La falta de hábitos de higiene bucodental puede conducir a la pérdida de piezas dentales, dificultando la ingesta de alimentos.
  3. Factores relacionados con el tratamiento. Es importante tener en cuenta que el estado nutricional influirá de manera determinante en la tolerancia a los distintos tratamientos descritos a continuación, así como la recurrencia conjunta de los mismos en muchos casos.
    1. La cirugía aumenta los requerimientos energético-proteicos en procesos de cicatrización y de lucha frente a infecciones. Si conlleva además la extirpación de órganos, puede limitar físicamente la alimentación.
    2. La radioterapia puede causar efectos tales como astenia y anorexia a lo largo del tratamiento. Dependiendo de la localización del tumor puede presentar también diferentes efectos secundarios. Así, la radioterapia en el cáncer de cabeza y cuello puede provocar caries, infección e inflamación de la boca, inflamación de la faringe, xerostomía y anorexia. En el tórax puede generar alteraciones en el tránsito esofágico, reflujo y esofagitis. Y en la región abdominal diarrea, vómitos, enteritis y alteraciones en la absorción de los nutrientes en el intestino.
    3. La quimioterapia produce más habitualmente xerostomía, mucositis, náuseas, vómitos, inflamación intestinal y alteraciones del gusto y del olfato.
    4. La inmunoterapia conlleva náuseas, vómitos, fiebre, cansancio y anorexia.

¿Cuál es la misión de la consulta de nutrición?

La presencia de un especialista en nutrición en Oncohealth Institute surge de la necesidad de dar una respuesta especializada tanto por su acción preventiva como terapéutica. Este abordaje integral en el tratamiento de las personas con cáncer, es fruto del trabajo conjunto entre los Departamentos de Oncología y Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz. Desde esta consulta se individualiza el tratamiento nutricional, ejerciendo una práctica diaria rigurosa y al mismo tiempo cercana, humana y respetuosa con el paciente. Las principales funciones de la consulta de nutrición son:

  1. Detectar precozmente el riesgo de desnutrición. Es además posible gracias a la estrecha colaboración con la Unidad de Enfermería Oncológica y se lleva a cabo en todos los pacientes al inicio y de forma periódica a lo largo tratamiento.
  2. En pacientes en riesgo de malnutrición o con una desnutrición ya instaurada, se proporciona asistencia y se lleva a cabo una valoración exhaustiva del estado nutricional a través de:
    1. Valoración Clínica
    2. Valoración Funcional
    3. Valoración Antropométrica
    4. Valoración Bioquímica
    5. Otras valoraciones
  3. Adecuación del tratamiento dietético-nutricional oral y/o enteral.
  4. Seguimiento y si se precisa, modificación del tratamiento.
  5. Investigación y presentación de resultados.

¿Cuáles son los objetivos del tratamiento nutricional?

Es importante recordar que la nutrición es un tratamiento de apoyo, no curativo, cuyos principales objetivos son los de:

  1. Mantener o mejorar el estado nutricional.
  2. Minimizar los síntomas que afectan a la ingesta de alimentos.
  3. Mejorar la respuesta al tratamiento de radioterapia y quimioterapia.
  4. Disminuir los riesgos de la cirugía.
  5. Mejorar la calidad de vida.

Miguel Aganzo Yeves