• Palidez, cansancio y dificultad respiratoria debido a la anemia (disminución de glóbulos rojos en sangre)
  • Neutropenia y aumento del riesgo de infecciones debido al descenso de glóbulos blancos en sangre. La fiebre puede ser el síntoma inicial de una infección.
  • Aparición de hematomas (debido al descenso de las plaquetas en sangre, conocido también como trombocitopenia) y petequias.
  • Sangrado y problemas de coagulación: se manifiesta con hemorragias nasales y encías, pudiendo también ocurrir a nivel digestivo, pulmonar y cerebral.
  • Distensión abdominal secundaria al aumento de tamaño del hígado y bazo.
  • Leucostasis: Acumulación de blastos (células de la leucemia aguda mieloide) en distintas partes del organismo. Los blastos tienen más problemas para desplazarse por los vasos sanguíneos que otras células sanguíneas, por lo que se acumulan en los vasos capilares impidiendo el paso de glóbulos rojos y blancos a los diferentes tejido y órganos del cuerpo, produciéndose síntomas derivados de la dificultad de flujo en los vasos sanguíneos en diferentes órganos y la dificultad que ello conlleva para la función de dicho órgano.
  • Los blastos se pueden acumular a diferentes niveles formando masas a distintos niveles (llamadas cloromas ó sarcomas mieloides), o en los ganglios linfáticos, hígado o bazo produciendo un aumento del tamaño de los mismos.