• Crecimiento no doloroso de los ganglios del cuello y axila, y de forma menos frecuente en los ganglios de la ingle.
  • Tos y dificultad respiratoria si el crecimiento ganglionar se produce en el tórax.
  • Dolor abdominal o dolor en la espalda
  • Pérdida de peso
  • Sudoración nocturna
  • Fiebre persistente que aparecen de manera inexplicada, sobre todo por la noche
  • Dolor en los ganglios tras la ingesta de alcohol (poco frecuente)